miércoles, 29 de octubre de 2014

Grullas por la paz

Sadako Sasaki, fue una joven que vivió los desastres de las bombas nucleares en Japón. Representa a todos los jóvenes inocentes que atravesaron la guerra. 
Como consecuencia de la guerra, la niña padeció leucemia. Por ello, una de sus amigas, le trajo una grulla dorada, y le explicó una antigua leyenda japonesa que decía que quien hiciese mil grullas podría pedirle un deseo a una grulla, ya sea tener una larga vida, o recuperarse de una enfermedad. Así, la niña comenzó a hacer las grullas. Luego consideró injusto pedir sólo por ella a la grulla, y con otros compañeros hicieron más y más grullas. 
Un día, a los 12 años, la joven falleció, sin terminar aún de realizar las mil grullas. 
Tal historia marcó en la historia del mundo a las grullas den un símbolo de paz, y también de amor.
Hoy hay una estatua de la niña con una grulla en homenaje a las víctimas de las bombas atómicas. 

Estatua de la niña con una grulla.

Alejandra Mogia escribió el siguiente poema en base a los sucesos:


Mil grullas de papel 


Mil besos

Mil abrazos


Miles de palabras

Miles de silencios

Miles de preguntas

Miles de mentiras

Miles de miedos


Miles de llantos

Miles de olvidos

Miles de recuerdos

Miles de “basta”.

Miles de niños
Miles de risas
Miles de sueños
Miles de caricias
Miles de odios
Miles de errores.

Miles de esperanzas

Miles de utopías.

Mil grullas de papel
para todos
y otras mil más urgentes
para Sadako
tan urgentes
como el Amor,
por su memoria
y por la nuestra.


 En conmemoración a los cien años de la primera guerra mundial, toda la generación plegó grullas de todos colores, las enhebró en una tanza, y luego se colgaron a lo largo de todo el corredor de cuarto año.

Grullas realizadas por la generación en conmemoración a los cien años de la primera guerra mundial.




En lo personal, la idea me pareció muy creativa, y además refleja que cada uno aporta un grano de arena para formar algo hermoso, y en tales dimensiones que de no fuera de esta forma no se podría realizar. Siempre quise hacer origami en el colegio, además, por lo que me motivó la actividad.
En las grullas que hice (la segunda tira de grullas desde la izquierda en la foto) experimenté distintas guardas decoraciones ya sea con pintura para imitar el papel de origami japonés, y luego con fibra para darle un toque personal a la grulla, hacerla única, como lo es cada uno.

Uno de los papeles con que realicé una grulla, pintado a modo de imitación del papel origami japonés.



Fuentes utilizadas: 

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